Me llamo Amanda Segura Martínez y nací en Ontinyent hace 37 años. Desde niña, un fuego interno me impulsaba a escribir, a dar vida con palabras a mundos que solo existían en mi imaginación. Soñaba con ser escritora, pero la vida me desafió cuando mi hijo pequeño llegó al mundo marcado por la discapacidad.
Fue entonces cuando descubrí la dureza de la existencia y la fragilidad de un niño enfrentada a la insuficiencia renal. Esa experiencia, lejos de detenerme, me dio fuerza.
Cada lágrima, cada noche de desvelo, cada lucha silenciosa, me enseñó empatía, resiliencia y una conexión profunda con las personas.